ABYCINE 2025: Entrevista a Lucas Parra, director de Ser un hombre (2025)
noviembre 13, 2025Por Irene Roig y Monserrat Parraguez
En el marco del Festival de Cine Independiente de Albacete (Abycine) 2025, el jurado de la sección Abycine Cortos concedió el Premio Aluex a Ser un hombre, dirigida por Lucas Parra, una historia que explora la transmisión de la masculinidad a través de tres generaciones unidas por una jornada de caza.
El galardón tiene un valor especial para el cineasta, que reconoce una conexión emocional entre el paisaje del corto, inspirado en los parajes de su infancia en Jaén, y la tierra manchega donde recibió el premio. Por su cercanía geográfica y emocional, la experiencia en Abycine tuvo para él un significado especialmente simbólico.
Lucas Parra, exalumno de la ESCAC, es director y guionista de cine y publicidad. Desde los siete años ha estado vinculado al lenguaje audiovisual, y hoy combina la dirección de anuncios con el desarrollo de sus primeros largometrajes. Sus trabajos se han mostrado en festivales como Camerimage, BIFAN (Corea), Sitges, Huesca o el Young Directors Award de Cannes, donde obtuvo el Gold Screen Award.
Conversamos con él sobre el proceso de Ser un hombre, la memoria familiar y el retrato de la masculinidad contemporánea.
¿Dónde rodasteis y por qué elegisteis ese lugar?
Rodamos en Sant Pere de Ribes (Garraf). Tras dos meses de localizaciones, descubrimos que era lo que más se parecía estéticamente a Jaén, donde yo iba de caza de pequeño con mi padre y mi abuelo. Además, contactamos con cazadores de la zona, que aparecen como figurantes y secundarios. Me hubiera gustado rodar en Jaén, pero el traslado implicaba sacrificar elementos esenciales para la historia.
¿Por qué representar el mundo de la caza y la violencia?
La caza ha sido un ritual de iniciación para los hombres desde los inicios de la humanidad y me permitía mostrar cómo se transmite la antorcha entre generaciones. Además, está inspirada en mi infancia; es una historia que siempre quise contar.
Trabajas la masculinidad desde la relación padre-hijo. ¿Qué te interesaba explorar?
Ese momento en el que muchos niños pasan de los brazos de la madre a los del padre. El abuelo, el padre y el hijo representan tres arquetipos de masculinidad, y me interesaba explorar sus diferencias y complejidades. Es la primera vez que el niño entra en un entorno exclusivamente masculino y quería mostrar, desde sus ojos, ese descubrimiento, como lo fue para mí.
El título, Ser un hombre, ¿qué sentido tiene para ti?
El que el espectador quiera darle. El corto no plantea una tesis, sino el retrato de un cambio. En la cacería aprende cosas buenas y malas; cada espectador verá unas u otras según su mirada. No quiero imponer mi visión, sino invitar a reflexionar.
¿Qué personifica la madre en el corto?
Es la figura de referencia de Miguelito, su punto de seguridad. Tras la cacería, algo en su interior cambia y ese vínculo se transforma. Aunque aparece poco, su presencia es clave: marca el antes y el después emocional del niño.
¿Cómo fue dirigir al actor infantil?
Lucas Catalán es muy prometedor y nos lo puso fácil. Trabajar con él fue como hacerlo con un adulto: entiende la narrativa y la cámara. Como interpretaba a mi yo de pequeño, conversamos mucho sobre cómo reaccionaba yo entonces. Es curioso y se integró perfecto en el rodaje.
Rodaje naturalista y tomas nocturnas: ¿cómo resolvisteis la luz?
Depender de la luz natural es un riesgo. Dani Benejam (DOP) y Judit Costa (ayudantía de dirección) coordinaron ángulos y dirección del sol para mantener la estética. Un día llovió a mares; filmamos una escena muy dramática y la lluvia pareció buscada: fue un golpe de suerte que enriqueció el tono.
Esta historia es muy personal. ¿Qué significó recrearla?
Un viaje a mi infancia. Quise mantener un ambiente familiar e íntimo y se dio de forma natural: mi padre interpreta a un personaje, mi madre llevó el vestuario y mi hermana estuvo en producción. Aunque éramos muchos, hubo una energía muy colaborativa.


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