ROTTERDAM 2025: Entrevista a Matthew Lax

febrero 06, 2025


Por Claudia Mercadé López

Matthew Lax es un artista y cineasta estadounidense cuyo trabajo explora las intersecciones entre el lenguaje, el poder y la comunidad a través de narrativas experimentales. Su obra combina elementos documentales y performativos, cuestionando la autoría y las dinámicas de comunicación. Proyectos como Gay’s Man Book Club y su serie de películas (Man’s best friend) revelan cómo Lax transforma el cine en un espacio de colaboración, incertidumbre y reflexión crítica sobre el lenguaje.




Claudia: Tus películas son muy diferentes entre sí. Usas lenguajes cinematográficos completamente distintos: desde el cine de arte, como Lil Tokyo Story o Fabricated in the Actual Arctic (After Nanook), hasta obras más documentales como Gay Men’s Book Club y Man’s Best Friend. ¿Cómo se conectan en ti estos enfoques tan diversos?

Matthew Lax: Aunque parezcan muy diferentes, para mí están profundamente conectados por el interés en el lenguaje y la comunicación. En películas como Lil Tokyo Story o Fabricated in the Actual Arctic, juego con la forma, con la puesta en escena y la construcción visual. Son más estilizadas, casi como experimentos formales. En cambio, en Book Club o Man’s Best Friend, el enfoque está en lo procesual, en cómo se desarrolla una conversación real. Lo que une todo es la pregunta: ¿cómo nos comunicamos y qué estructuras de poder están implicadas en ese acto?

Claudia: En Gay’s Man Book Club y en las películas de perros, parece haber una dinámica muy colaborativa, casi como una mesa redonda.

Matthew Lax: Exacto. Me interesa ese formato porque desestabiliza la jerarquía tradicional entre el que observa y el que es observado. No hay un guion estricto ni una estructura rígida. Establezco algunas reglas básicas, especialmente en temas de consentimiento, y dejo que la dinámica se construya entre todos los participantes. Es un espacio de experimentación, donde el azar juega un papel fundamental.

Claudia: ¿Por qué decides aparecer en tus obras?  

Matthew Lax: Al principio fue por necesidad; no tenía recursos, así que hacía la narración y participaba directamente. Pero luego se convirtió en una cuestión de implicación personal. No busco parecer perfecto en la edición; quiero mostrar la vulnerabilidad, cuestionar la idea del control total del autor.  

Claudia: Casi todas tus obras las filmas tú mismo. ¿Cómo es tu relación con la cámara y cómo trabajas cuando colaboras con otros operadores?

Matthew Lax: Sí, en la mayoría de mis proyectos soy yo quien está detrás de la cámara. Para mí, filmar es una extensión del acto de escribir. La cámara no es solo un dispositivo técnico; es un medio para ejercer y, al mismo tiempo, cuestionar el poder. Controlar la cámara significa tener el control sobre cómo se construye la narrativa visual, pero también me obliga a ser consciente de mi propia presencia en el proceso. Cuando trabajo con otros operadores, como en Book Club, donde usamos varias cámaras, todavía siento la necesidad de mantener cierta dirección en la edición. Ahí es donde realmente ejerzo el control final. La edición es el espacio donde puedo reflexionar sobre cómo se distribuye el poder en la imagen, incluso si yo no estuve físicamente detrás de la cámara en cada toma.

Claudia: La proyección de ayer, con todas las películas juntas, parecía muy bien pensada, llevando hacia la última obra de forma natural.  

Matthew Lax: Esa fue la idea: pasar de una política formal a una acción en sí misma. No solo hacer arte sobre algo, sino que el propio acto de hacerlo ya sea una declaración.  

Claudia: Gracias por compartir tu proceso.  

Matthew Lax: Gracias a ti por el interés.  

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