L'ALTERNATIVA 2024: Reas

noviembre 19, 2024

Por Nicolás Gibbs

Lola Arias vuelve a dirigir una película en la que un grupo de personas interpreta experiencias de sus vidas reales. En Teatro de guerra (2018) se trataba de veteranos argentinos e ingleses que juntos volvían a su experiencia en la guerra e interpretaban situaciones reales. Reas (2024) está construida a partir del mismo método pero se adentra en el espacio carcelario desde la experiencia de ex presas mujeres cis y trans. En la reconstrucción de sus historias, Reas apuesta por introducir elementos propios del género musical y escenas que evidencian el artificio empujando aún más los límites de la ficción y lo documental. Con estos elementos, organiza una representación de la experiencia carcelaria alejada de imaginarios cinematográficos recurrentes.



Poco después de su llegada a la cárcel, Yoseli se sienta en unos escalones para pasar el tiempo. Una a una van llegando las presas que le piden un cigarrillo. En una típica trama carcelaria, la llegada del nuevo es la cocina del espectáculo. Uno llega desamparado a un patio donde la violencia es ley. Pero Yoseli se encuentra con un grupo de personas que le ofrecen su amistad. Y cuando juegan un partido de fútbol que se calienta y dos de ellas se enfrentan, los personajes hacen una batalla de baile amistoso en vez de desatar una violencia física. Ese es el espíritu de esta película que opta por dar protagonismo a los afectos dentro de una comunidad reunida por el confinamiento. No es que la violencia esté ausente; por el contrario, la camaradería de las reclusas es una manera de sobrellevarla.  

La cárcel es esencialmente un espacio marginal y en general lo que sabemos de ella está mediado por cierto relato espectacular de la violencia. En ese sentido, dos películas recientes cercanas en geografía pueden dialogar con Reas en torno a la representación de los presos. Las ranas (2020) de Edgardo Castro y Malqueridas (2023) de Tana Gilbert se relacionan con el entorno carcelario desde distintos puntos de partida pero con una propuesta en común: sus personajes son personas que relatan, documentan, reconstruyen o interpretan historias reales. Este terreno del documental (Malqueridas) pero también entrelazado con la ficción (Las ranas) parece ser una forma de representar la marginalidad que recupera su dimensión afectiva y su dignidad. Estas películas siempre pondrán en escena un encuentro menos visible que es el del director, entendido en sentido de clase, con aquellas vidas que se propone retratar pero que en general se le presentan como una otredad. En ese sentido, la introducción de elementos documentales quizás pueda permitir una permeabilidad de esos dos mundos. 


Reas
está filmada en una ex cárcel y protagonizada por ex presas. En esas ruinas reviven situaciones que ellas mismas reconstruyen. En un momento, Nacho habla de cuánto se parece esa prisión abandonada a la que había estado y cómo esa ruina ahora era un mero set de filmación. Esa ruptura de la ficción nos desplaza en el tiempo, entendemos que estamos en un presente y lo que está ocurriendo es una reconstrucción del pasado. Ese entrar y salir de distintos tiempos ocurre en algunas escenas de la película llevando la experiencia espacial de la cárcel a una experiencia temporal. El tiempo es también un confinamiento. En varias escenas musicales el deseo y los sueños se expresan justamente en esa dirección. Los días afuera es la obra de teatro que funciona como una segunda parte de Reas. Como su título indica, apunta a narrar la vida de sus personajes una vez que salen de la cárcel e imaginan posibilidades de futuros.

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